LOS DIRECTORES DE ARICA LARS EDMAN Y WILLIAM JOHANSSON KALÉN ENTREVISTADOS EN VARIETY

“La justicia es muy complicada’: Como el equipo de ‘Arica’ luchó por la buena causa en dos continentes

Cuando Lars Edman y William Johansson Kalén fueron juntos a la escuela de cine no tenían idea cuánto demoraba hacer una película. “No teníamos idea alguna”, se ríe Kalén. “Recuerdo haber visto una película que demoró tres años en hacerse, y estaba pensando, ‘Oh, mierda. ¿Tres años? Eso es un montón de tiempo. ¿No pudieron haberla terminado un poco antes?’” Ahora, mientras el dúo hace su debut en IDFA con el estreno mundial de su segundo largometraje documental “Arica” en la sección Frontlight, saben demasiado bien lo que es un largo trayecto. Dice Kalén, “Si sólo hubiéramos sabido cuando empezamos que iba a demorar 15 años…”


La historia de “Arica” es sorprendentemente personal: Edman nació en Chile pero creció en el pueblo sueco de Boliden, donde se estableció por primera vez la compañía minera del mismo nombre. Por ende Edman se horrorizó al saber de los eventos de 1984, cuando Boliden envió 20.000 toneladas de desechos venenosos a ser procesados y enterrados en el desierto chileno. En vez, los desechos se dejaron apilados a la intemperie, con niños haciendo toboganes y jugando a los pasteles con los barros, mientras que la aledaña ciudad de Arica crecía a su alrededor. Los efectos en la comunidad local fueron horribles: en los años venideros, los residentes desarrollaron cáncer, bebés nacieron con males congénitos, y los casos de envenenamiento por arsénico alcanzaron niveles alarmantes.


La indignación de Edman llevó a la película de 2009 “Toxic Playground”, en donde él y el co-director William Johansson Kalén por primera vez llamaron la atención sobre el desastre. En Suecia hubo algo de atención mediática sobre el asunto, pero se desvaneció rápidamente. Dice Kalén, “Hubo bastante alboroto luego de la primera película, al menos en Suecia, con [politicians] saliendo y discutiendo sobre ella. Así que pensamos, ‘Okey, esto va de verdad a conducir a algún lado—algo va a ocurrir. Pero después de un rato se acalló así sin más.”


Sorprendentemente, los realizadores no buscaban poner en vergüenza a Boliden, sólo querían que hicieran lo correcto. “Todos nos decían, ‘Okey, ustedes pueden hablar de esto en términos de responsabilidad moral, pero en este caso no hay una responsabilidad legal,’” dice Kalén. “Así que creímos en eso por todo este tiempo.” Un par de años después, eso cambió cuando fueron contactados por Lewis Gordon, un abogado de EE.UU con trayectoria en causas ambientales y un interés especial en lo que sería llamado “colonialismo tóxico.” Dice Edman, “Supimos por [Gordon] que él y sus colegas habían visto la película y estaban investigando las posibilidades de llevar a Boliden a la corte —[y ellos] nos darían una oportunidad de seguir este caso desde adentro.”
Mientras Gordon y su equipo buscan reparaciones para la gente de Arica, la película se desarrolla en dos continentes, haciendo referencia a “Toxic Playground” e incluso contando con el regreso de un personaje protagónico de esa película, Rolf Svedberg, quien en calidad de ex-director medioambiental de Boliden, se trae algunas sorpresas bajo la manga esta vez. “Arica,” es por eso una suerte de secuela, y es inusual para una película de temática social de su tipo, ya que los realizadores en realidad están más informados que los expertos desde antes.

 

Milka in front of her daughter’s grave.
Milka frente a la tumba de su hija.

 

Hay también una poco frecuente falta de ego: Edman es nuestro modesto anfitrión del viaje a Chile, donde él es un embajador ejemplar de su causa. ¿Siempre tuvo la intención de ser protagonista? Was he always intending to be frontman? Se encoge de hombros. “Supongo que tuvo que ver conmigo habiendo nacido en Chile y teniendo esa conexión especial a los dos países que fue la razón principal de tenerme como protagonista en la película, y de ser un guía en pantalla para los espectadores de ambos países.”


Él y Kalén trabajan perfecto como equipo, con Kalén cumpliendo roles de cámara y edición. “Lars y yo estamos muy sintonizados, creo yo, como personas,” dice, “y creo que para poder hacer funcionar una película como esta, hay que ser muy humilde. Hay que elegir tus batallas y escuchar—debes respetar a la persona con la que estás trabajando. Lars es el protagonista principal, pero puedo reconocerme bastante en su papel también, por supuesto, porque soy de la misma ciudad, y todo lo que él siente sobre hacerse responsable es algo que comparto también. Así que [cuando estoy detrás de la cámara] no es tanto sobre dirigir a Lars como lo es sólo hablar sobre qué queremos expresar con diferentes situaciones y diferentes escenas—porque lo que se ve en pantalla es lo que de verdad ocurre frente a la cámara. No es algo manipulado.”

Cualquier otra amistad podría haber sido probada hasta un punto de quiebre en un proyecto como este; de hecho, el par tenía más de 150 horas de material solamente de sus visitas a Arica—además de filmar el juicio, que duró ocho semanas, también tuvieron que oír cada uno de los archivos de sonido de cada sesión que a las que no pudieron asistir. Dice Kalén, “Nuestro editor, Göran Gester, quien lleva en la industria desde los años 70 y ha hecho varias películas muy complejas con varias generaciones, nos dijo que esta fue la más difícil que él haya montado jamás, porque hay tantas piezas distintas. Queríamos que todo funcionara: está la historia humana, pero también queríamos que la historia legal hiciera sentido.”


Es difícil de creer que el primer corte fuera de alrededor de cuatro horas, ya que la dramáticamente reducida versión de 97 minutos es tan condensada y efectiva. ¿Fue difícil mantener el foco, sabiendo que había tanto en juego con este caso judicial? “Sí,” dice Edman, “especialmente considerando todas las amistades que hemos hecho en Chile haciendo esto—hemos estado en terreno allá por 15 años, encontrándonos con familias, con gente. Siempre los tuvimos presentes, porque ellos también estaban siguiendo los procedimientos legales. Esto significaba tanto para ellos: sus esperanzas, sus sueños y sus ansias de un futuro mejor. Me siento honrado de ser parte de sus vidas, ojalá representándolos de alguna forma. Pero ha sido duro.”

Cuando se les pregunta qué es lo que han aprendido de este proyecto, Edman respira profundo y toma una pausa. “Que la justicia es muy complicada”, concluye. “cuando oímos la palabra ‘justicia,’cuando personas y compañías van a tribunales, esperamos que van a jugar al mismo nivel, parejos. Pero con el tipo de recursos que tiene una compañía como Boliden, como se puede ver en la película, pueden crear cualquier tipo de argumentos que quieran, con la ayuda de expertos. Y eso te hace cuestionar todo el entramado, todo el sistema.”


Para saber más de la situación en Arica, visita: http://toxicjustice.org/”

 

Por Damon Wise

 

Esta entrevista fue publicada en Variety: https://variety.com/2020/film/global/idfa-arica-1234841639/ 28/11/2020.